Láseres Comestibles

Láseres Comestibles de Aceite de Oliva: ¿Una Nueva Forma de Rastrear la Seguridad Alimentaria?

Tecnología

Imagina un mundo donde puedes rastrear la frescura y seguridad de tus alimentos directamente desde el interior. Pues bien, los científicos acaban de dar un gran salto en esa dirección al crear el primer microláser hecho completamente de materiales comestibles. Suena a algo sacado de una película de ciencia ficción, ¿verdad?

Estos no son los láseres comunes; estamos hablando de diminutas fuentes de luz hechas con cosas que encontrarías en tu cocina. ¿El ingrediente secreto? Aceite de oliva. Los investigadores descubrieron que cuando las gotas de aceite de oliva son alcanzadas por una cierta cantidad de energía, emiten fotones, pequeñas partículas de luz. Organiza estas gotas estratégicamente y tendrás un láser.

Pero, ¿por qué aceite de oliva? Resulta que la clorofila, la misma sustancia que hace que las plantas sean verdes, juega un papel fundamental. Las moléculas de clorofila atrapadas en el aceite de oliva generan fotones en una especie de reacción en cadena, transformando efectivamente la gota en un láser.

Lo que es aún más genial es que estos microláseres son altamente sensibles a su entorno. El brillo de la clorofila cambia dependiendo del tamaño y la densidad de las gotas de aceite. Esta sensibilidad permite a los investigadores medir cosas como la concentración de azúcar o la acidez en los alimentos.

¡Piensa en las posibilidades! Podrías escanear un producto y saber instantáneamente si es seguro para comer o si está a punto de caducar. Esta tecnología podría revolucionar la seguridad alimentaria y ayudar a reducir el desperdicio de alimentos.

Los científicos incluso lograron codificar datos, como un código de barras, en estas gotas. En un experimento, incrustaron la fecha "26 de abril de 2017" (la primera fecha internacional para detener el desperdicio de alimentos) en una compota de melocotón. Sorprendentemente, los datos permanecieron intactos durante más de un año, lo que demuestra que estos microláseres pueden transportar de forma segura información como la identidad del fabricante o la fecha de caducidad.

Por supuesto, esto es solo el comienzo. Como los propios investigadores señalaron, existen innumerables posibilidades para desarrollar diferentes láseres comestibles y sus aplicaciones. ¿Quién sabe? Tal vez algún día todos estemos usando láseres comestibles para controlar nuestra salud o rastrear el origen de nuestros alimentos.

Fuente: Gizmodo